Como cualquier dia en el hospital, trabajando de forma pesada y lenta gracias a los vicios y locuras del sistema publico (y estamos hablando del Sótero, very good place to work!!! Never burnout!!!, never burn!!) mientras hacia las indicaciones medicas de mis pacientitos de la observacion 3 recibo el llamado.
Aquel llamado de número desconocido, probablemente de algun callcenter de empresa telefonica ubicado en Banana Republic o de algun ejecutivo desesperado de Banco, desesperados ambos por un trabajo que les exije hacer llamados telefonicos de cosas que no necesitan a gente que no las desean (alguno que otro pajarón caerá siempre). Pero no, del otro lado del telefono sonó una voz semiaguda de persona de edad, por no decir viejo, viejo es como uno se siente.
-«Aló?»
-Aló si, disculpa, habla Klaus Hopperdietzel de Puyuhuapi. La verdad eeeh, si, te llamo porque encontré este número anotado en un cartoncito en mi casa y quería saber de quien es.
-Klaus? (o Claudio o Santa Claus o Claus que se yo) Si, no cortes, hablas con Perico de los Palotes, ¿no te acuerdas?, te refresco la memoria, hablas con Don Nadie, ese que te fue a visitar de la nada solo por un dato frívolo, que ha ido 2 veces para allá a preguntarte por cerros de la zona, primero sobre el acceso a aquel volcán en aquella isla rodeada por los canales Moraleda, Jacaf y Puyuhuapi, por esos otros dos volcanes inaccesibles que hay mas al Sur.
– Si, si.. Ya me acuerdo. Y lo subieron?
-No aún mo Claus, estamos concentrafos en otra zona. Está de «moda» el packraft ahora sabías (obvio que si)….
Corría el año 2014 o 2015 cuando tras un fallido intento al volcán de la isla decidimos ir a preguntar con mi compañero de ese entonces Mr Johan Francis Bastidas (de nombre aristocrático pero apellido común) el acceso, el maldito acceso de todos esos cerros rodeados de bosques densos e impenetrables a ese caballero cuya cara en ese entonces no conocíamos.
Previamente lo intentamos una vez, a ciegas, llevamos obviamente nuestra bandera, para saludarla e irnos. En ese entonces nada sabíamos de accesos por bosques, equipo ni modo de trabajo así que nos lanzamos wn una lucha épica y heroica, al final mas patética que otra cosa.
El equipo humano de la primera expedición, fallida por cierto, contaba con 2 personajes famosos del pueblo, el Grillo y el Ballena, personajes insignes de la comuna. Recomendacion de un viejo amigo mio de montañas, el guatón Elías, quien en la semana del pescado frito del año anterior conocio al «Grillo», ente que aseguraba haber llegado a los pies del volcán en una odisea mística, con relatos de paisajes de oro, campos de flores y ganado y ciprés por donde fuera que se le viera.
Lo cierto es que costó zarpar, sin permiso obvio ya que el dueño del predio (cuyo precio de venta en mercadolibre era en ese entonces de 1 millón de dólares) odiaba al Grillo y al saber de nuestra incursión solicitaba, creo yo a modo de broma, la onerosa cantidad de 2 millones de pesos por el ingreso.
Sumado a esto lacompatibilidad de equipos era bastante desigual. Un equipo de dos ignorantes en materia de traslado en bosques, preparados para la montaña con mucho tiempo y ganas, pero con mucho peso por cargar y una ruta mal elegida.
Hablamos de un avance por bosque denso a una velocidad promedio de 1 km al dia a «puro machete» en busqueda del dorado a «puro gps».
Sin contar en que la carpa del equipo local consistia en una carpa playera sin toldo y las raciones para 3 semanas consistian en 1kg de azucar, 1kg de harina tostada, 1 paquete de mate y un saco de pan y sopaipillas del sur (de esas cuadraditas).
Ya al cuarto dia habiendo llegado a una pequeña laguna rodeada de juncos y despues de una noche de amenazas como el cuero, un pajaro de mal agüero y el alarido de un animal durante la madrugada que motivó el disparo de un revolver a mitad de la noche (si, el Ballena andaba con revólver en esa oportunidad) el Dorado desaparece, aparece la lluvia, los gritos del Grillo diciendo:
– «Ballena», no los acompañes, es peligroso!!!!
Y asi termina esa primera «expedición». Frustrados volvemos con nuestros jeans empapados, los polerones empapados, el alma empapada y arrugada como esas manos de viejita al. Salir de un baño de tina.
Y ahi, a la vuelta, aparece un joven en ese entonces, obviamente siempre joven de espíritu. Oriundo de Talca, Aurelius Richelieu, podría ser pariente lejano de ese cardenal franchute de los tres mosqueteros y ahí aparece el nombre.
-«Hay un viejo loco de Puyuhuapi que fue a la isla. Se dedica al kayak, tiene nombre de cerveza local, y contactó al dueño del predio. Llevó su kayak por senderos de brujo y bajo por uno de los ríos principales para dar al canal Jacaf o Canalad o que se yo.
Y es así como fuimos sin llamar, sin avisar, a la antigua. Llegamos a Puyuhuapi cual Western y preguntamos en la primera cantina por aquel nombre y apellidos. Las miradas a veces extrañas de la gente joven (los idiotas de siempre que no son de ahí que desconfían y acaparan contactos no eran muy asiduos a dar el dato) y la información honesta de la mítica Copec de Puyuhuapi, esa Copec de baño con candado abierto y un señor bajito y moreno que te dice: – «Si claro, camina por aqui y al lado de una casa grande hay una cabaña amarilla cerca del mar donde vive, parece que está ahí ahora.»
Efectivamente, había una csa grande de 3 pisos, la madera del primer piso en dudoso estado, y la casa de verdad, el hogar aquel una cabaña pequeña con vidrios tapados con plumavit para que no entre el sol.
Tocamos la puerta, esperamos….
Tocamos de nuevo despues de una espera prudente y volvemos a esperar…
A los segundos uno de los paneles de plumavit se desplaza a un lado y un ojo de color celeste claro se asoma rodeado de la parte de una cara con cierta palidez.
Se escucha el pestillo de la puerta, se abre y aparece Claus, Viejo, barba blanca, alto, vestido de pijama.
-«Hola, Ud. es Claus Hopperdietzel»
-«Si soy yo, que quieren.»
-«Hola, somos un par de fracasados venidos a menos, queriamos hablar con usted de cerros, en especifico ese volcan de esa isla de por ahi, ese volcan sin ascensos, sin intentos, porque el bosque ese es una mierda y queriamos saber como es que lo hace, como es que lo. Ha hecho dursnte todos estos años, sin casi equipo, comida, gps, carta geografica y un sin fin de etceteras sin importancia (o no?) »
-» Ah si, yo entré con el dueño hace unos meses, entré mi kayak, atravesamos un lago y luego baje por ese rio Los Mallines que se llama para dar al mar, como todo. Al final todo llega al mar, hasta nosotros.. »
Se inició en ese momento una conversación cada vez mas interesante, nos hace pasar a su covacha y fuimos testigos de la isla del tesoro. La casa del explorador, del simpatico hermitaño del sur no decepcionaba. En una cocinita cercana se calentaba un tarro de porotos directo del tarro. Diarios, revista y libros desperdigados en el piso con el único fin de servir de yesca para el fuego que se encendia quizás todas las mañanas, días y noches de ese lugar.
Nos dio pues los tips y nos hace claros oyentes de su forma de ver las cosas, cuesta detenerlo en su hablar (hablara solo de repente? Quien sabe) y nos ayuda a decifrar el misterio, nos hace darnos cuenta de nuestro error. Dela importancia del «be fast» en los terrenos verdes, del uso de las carreteras naturales que desaguan al mar para subir. De su autodefinicion de ser el máximo conocedor de moverse en bosques (modestia aparte, con el prontuario que tiene podria decirse que si) y la famosa tecnica del pudú, consistente en pasar no mas, machetear lo minimo y ocupar lo minimo de volumen posible para no engancharse en los arboles y detener la marcha.
La famosa tecnica del pudú le vale varios mitos/proezas/verdades como por ejemplo la llegada express en unos cuatro dias a la base del volcan Melimoyu, si bien su rapidez y ligeresa le costo caro en varias oportunidades (o bien la ausencia de equipo disponible en los años 80 en la provicincia, quizas mezcla de las dos cosas) : al Melimoyu no logra subir por falta de equipo tecnico y en su intento al Cay se detiene a 8 metros de coronar el hongo somital por lo mismo.
Pero bueno, la valiosa informacion nos permitio intentarlo de nuevo, quien escribe con menos ganas que tiempo en ese entonces, y bueno, logramos ascender ese volcan en esa isla en ida y vuelta en 11 dias de excelente buen tiempo.
Un par de años despues volveriamos un trio de exploradores del team rata a intentar un volcan costero con unos 3 a 4 ascensos pero sin nada de informacion (el pilar de la exploracion y la reexploracion es el manejo y gestion de la informacion) por un rio de mierda que nos detuvo al kilometro 12 con una cascada, un rio encajonado, un tiempo de mierda y un rio crecido en metro y medio.
Y bueno, volvimos nuevamente a Puyuhuapi a preguntar por el hombre, el caballero sabio ese.
En ese entonces costo encontrarlo mas que la primera vez, tuvimos que recorrer el pueblo y preguntar por el forajido y su escondite nuevamente al estilo far west y ya cuando perdiamos las esperanzas vemos la camiometa pasar lo que dio pie a encontrsrlo cerca de su covacha, no dentro sino que afuera, torso semidesnudo, preparado a desmalezar.
-«Klaus!!!»
…..
-«Eh, Klaus!!!»
-«Hola, no creo que te acuerdes de mi, vine hace 2 años si no mas a preguntarte por ese volcsn y ahora vengo a preguntarte por el. Otro volcan ese»
-«Chuta me hubieran llamado antes, estoy ocupado ahora, va a llover y estoy desmalezando pero bueno el volcan tal y el otro se suben asi y asá..»
Cuento corto, el poco tiempo oara conversar se tradujo en 2 horas de informacion muy verosimil y util, solo que los animos hasta le fecha no han vuelto a surgir para intentar de nuevo aquellas montañas.
En esa oportunidad nos dimos cuenta que no habia magia en su trabajo. Nos reveló que por lo menos tuvo que ir 3 o 4 veces para encontrar el camino a traves del laberinto de bosques, rios, cascadas, pantanos y lagunas. En cada una de esos intentos dejaba o. Sacaba sus miguitas de pan para volver con otra ventana de buen tiempo hasta ue el trabajo diera frutos, y los daba.
La gran frase final fue de oro: «Yo hice lo que pude, con el equipo que tenía..». Curiosamente con poco, equipo rudimentario y una orientacion excepcional logra hacer mas que muchos «exploradores» que repiten las mismas rutas de escalada en torres del paine o chalten y bajan a tomarse una cerveza al campo base. Cambio de paradigmas y el ir a jugar a la montaña si con mas juguetes (friends y chiches) mas bacan eres, mientras mas fotos de instagram mejor mas bonito y apreciado eres. Y ahi esta un viejo ahora que hace cas 40 años les vuela la raja en cojones y verdadero espiritu de exploracion.
La tercera vez que lo vimo no hablamos con el solo vimos pasar caminando. Algo debio sentirporque se detuvo a mirar un rsto y prosiguió la marcha.
En ese momento íbamos de paso por Puyuhuapi rumbo a otra expedicion.
Nos quedamos en la hosteria del pueblo, atendida por creo que su prima.
Nos contó de los duros tiempos antes de la llegada o mientras se construia la carretera austral. Nos contó del «trueque», aquella maravillosa maniobra de inicios de año que consistia en subir a los niños en un bote roñoso y humedo rumbo a puerto montt para dejarlos en el internado, unica instamcia educacional posible para esos niños en esos tiempos.
Se subian mamá y niños al barco principal, frio y humedad de por medio, tras navegar rumbo al norte, golfo del Corcovado incluido, volvia hacia el sur solo la madre pero con viveres (carne e insumos varios etc.. para el resto del año) dando la impresion de que efectivamente el trueque fue por los niños (historia Hansel y Gretelesca)
Luego hablamos del ermitaño, del explorador, grande fue la sorpresa de la prima de que nos hubiera invitado a pasar a su covacha. «Sientanse honrados, no deja pasar a nadie de la familia, es mas, no ocupa el. Wc de aca porque le incomoda el» lujo» asi que sale a hacer en las plantitas»…
-«Si, no. Este año no iremos a intentar el proyecto pendiente. Quizas el que viene, te pasaremos a ver. Guardare tu numero Klaus y quizas me consiga el equipo periodistico que pueda reunir algo mas de informacion antes de que ya no estes aqui en este mundo (porque asi es la vida) »
Y era obvio, se rehusó a instalar whatsapp por ser demasiado moderno, quizas el numero esta mejor guardado en un cartoncito.
Y esa es la historia que quiero contar.
Besitos,
La Rata Infecta